Fuiste el mar sobre mis párpados
la corriente silenciosa
que mecía mis oídos
acuosa arquitectura
de círculo creciente.
Tuve la luz varada a mis costados
nutriente, remansada,
en ráfagas de piel
y huesos conectados.
Todavía sigo bajo tu superficie líquida
pero en una tierra hostil
reseca y cuarteada.
la corriente silenciosa
que mecía mis oídos
acuosa arquitectura
de círculo creciente.
Tuve la luz varada a mis costados
nutriente, remansada,
en ráfagas de piel
y huesos conectados.
Todavía sigo bajo tu superficie líquida
pero en una tierra hostil
reseca y cuarteada.
Ana Alcaraz
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